Estudiante de medicina aprendió una lección a temprana edad: 'La salud va más allá de la medicina'
Por Tate Gunnerson, ·¬ÇÑÊÓƵ News
Para Juan Medina-Echeverria, realizar multitareas es una forma de vida. Es esposo, padre de dos hijos y estudiante de segundo año de medicina cerca de Chicago. A menudo escucha sus clases mientras trota en la cinta de correr y recorre el equivalente a 6 o 7 millas por cada clase de una hora de duración. "Estoy matando dos pájaros de un tiro", dijo él.
Durante su infancia en su natal Área de la Bahía de San Francisco en California no tuvo mucho acceso a ejercicios. En la comunidad de bajos ingresos donde creció no habían pistas de atletismo, canchas de baloncesto o parques públicos.
"Era difícil encontrar un lugar seguro para hacer ejercicio", dijo él. "Toda mi vida batallé con mi peso".
Además, los padres de Juan, que eran inmigrantes indocumentados, insistían en que él y sus dos hermanos mantuvieran un perfil bajo y evitaran actividades, como los deportes, que podrían atraer atención indeseada. Sus padres trabajaban en empleos que pagaban salario mínimo y no tenían seguro de salud. Debido a que no tenían estabilidad financiera, a menudo elegían alimentos más baratos y procesados en vez de opciones más saludables. Juan dice que esto contribuyó al diagnóstico de presión arterial alta de su padre a los treinta y tantos años. Recientemente su madre fue diagnosticada con diabetes tipo 2.
"Sabíamos que era un problema, pero no teníamos los conocimientos para hablar sobre eso porque no había nadie que tomara la iniciativa en la conversación", dijo él. "La salud va más allá de la medicina. Comienza a nivel de comunidad".
Eso quedó claro para él a muy temprana edad. Cuando Juan estudiaba en la escuela primaria, su padre demoró en buscar tratamiento para una parálisis facial porque no tenía seguro. Cada vez más preocupado, Juan consultó en la escuela un libro de texto de la facultad de medicina y se preguntó si su padre podría tener parálisis de Bell, un trastorno nervioso que puede causar parálisis facial.
Al fin, Juan logró convencer a su padre para que buscara tratamiento, y sirvió de intérprete mientras el médico confirmaba su diagnóstico amateur. "Fue algo buenísimo y divertido", dijo Juan. "Como un rompecabezas".
La impresión motivó a Juan a estudiar medicina, un camino que comenzó en la escuela preparatoria donde alcanzó una certificación como asistente de enfermería. Comenzó a tomar cursos preparatorios de medicina en la universidad, pero tuvo que dejarlos cuando su esposa quedó embarazada de su primer hijo. En su lugar, a los 19 años, Juan logró su licencia en enfermería y continuó tomando clases, hasta graduarse con un título en salud pública/epidemiología de la Universidad de California, Berkeley. Obtuvo una maestría en ciencias biomédicas, y en el 2021, matriculó en la Facultad de Medicina Chicago de la Universidad Rosalind Franklin, una institución privada en los suburbios al norte de la ciudad.
"Aporto una perspectiva diferente a la medicina porque tengo experiencia del mundo real en el hospital", dijo él. "Te preocupas por el paciente y no solo por la enfermedad. Es el arte de la medicina".
Plenamente consciente de tales disparidades, Juan ha ocupado roles de liderazgo en su carrera académica y servido en calidad de primer presidente mexicanoamericano de su clase en la facultad de medicina, copresidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina Latinos y miembro del comité asesor sobre diversidad de la facultad de medicina.
También fue seleccionado como becario en el de la ·¬ÇÑÊÓƵ, un programa de mentoría dirigido a promover el tratamiento y la prevención de enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales entre la comunidad hispana.
Héctor Rasgado-Flores, profesor del departamento de fisiología y biofísica de la facultad de medicina, quien también sirve en el comité asesor sobre diversidad, acredita el éxito de Juan a su dinamismo, perseverancia, inteligencia y humildad. "Ya se está convirtiendo en un ejemplo a seguir para su comunidad y estamos muy orgullosos de tenerlo en nuestra facultad de medicina", dijo Rasgado-Flores.
Rasgado-Flores espera que Juan –y otros como él– servirán de inspiración para que los jóvenes en comunidades con recursos insuficientes sigan carreras en el cuidado de la salud.
Las personas conectan mucho mejor con profesionales médicos con los que "se identifican por la cultura, el idioma o las experiencias de la vida", dijo Rasgado-Flores. "Lo penoso de la falta de suficiente diversidad en la medicina y en la educación superior es que estamos perdiendo un recurso muy importante de experiencias vivenciales y de riqueza de pensamiento, y la creatividad que acompaña a esas experiencias de la vida".
Además de sus roles de liderazgo, Juan completó en el 2022 un internado en cirugía ortopédica en el Mayo Clinic, en Rochester, Minnesota. Como médico, él espera salvar la brecha entre la salud cardiovascular y la ósea. "No puedes ejercitarte y vivir un estilo de vida saludable si tus huesos y músculos no trabajan adecuadamente", dijo él.
Entusiasmados por educar a los jóvenes acerca del cuidado de la salud, Juan y sus compañeros de clase establecieron una "mini facultad de medicina" para docenas de estudiantes de cuarto y quinto grado en una comunidad con recursos insuficientes en North Chicago. Durante el programa semanal, que se llevó a cabo desde noviembre de 2021 hasta febrero de 2022, les mostraron a los niños cómo realizar RCP y les hablaron sobre temas de salud que abarcaron desde salud cardíaca hasta salud mental. (Giovanni, un niño de 10 años e hijo de Juan, participó en un evento de seguimiento.) "Fue algo magnífico verlos reír y aprender en un entorno divertido", dijo él.
Después del evento, a los niños recibieron batas médicas blancas, las cuales, dijo Juan, simbolizan el conocimiento, la pureza y la confianza. "Esperamos que esto los motive a explorar carreras en la medicina, para que haya más representación y, esperamos, mejores resultados de salud para las personas en comunidades desatendidas".