¿Te aburre el agua pura? Conviértelo en agua fresca.
Por Lourdes Medrano, ·¬ÇÑÊÓƵ News
Un vaso de agua fría puede refrescarte cuando las temperaturas suben. Pero si tus papilas gustativas necesitan un toque de sabor adicional, un sorbo de agua fresca puede ser la solución.
El agua fresca, desde hace mucho omnipresente en México y en otros países latinoamericanos, es una bebida de frutas totalmente natural y repleta de nutrientes, dijo Krista Linares, nutrióloga dietética certificada en Los Ángeles. "Puede ser muy refrescante y una parte perfectamente válida de una dieta saludable".
El agua fresca tradicional se prepara mezclando pulpa de fruta y agua, que se endulza y después se sirve fría. En vez de frutas se pueden usar semillas, granos y hasta flores. Por ejemplo, el arroz remojado se usa para preparar agua de horchata; las semillas de chía remojadas se usan para agua de chía; y las flores de hibisco sirven para preparar agua de Jamaica.
"Por toda Latinoamérica también encontrarás bebidas hechas a base de avena o cebada", dijo Linares.
A Linares le gusta que el agua fresca casera, a diferencia de los refrescos azucarados, se puede modificar fácilmente acorde al paladar de cada cual, como una alternativa más saludable. "Y la fruta te puede aportar algo de fibra, vitaminas y minerales, según el sabor y el método de preparación", dijo ella.
En los últimos años, la popularidad del agua fresca se ha disparado en Estados Unidos. Los "foodies" –amantes de la gastronomía– hablan maravillas del agua fresca, y abundan las recetas en línea. "La población latina está creciendo en Estados Unidos, y siento que se está convirtiendo en una parte más importante de la conversación en términos de cultura y comida", dijo Linares.
En México, las aguas frescas se remontan al tiempo de los aztecas, entre los siglos XIII y XVI. Según la , los aztecas añadían agua a frutas trituradas y flores molidas para aplacar la sed durante sus viajes.
Linares creció cerca de las Ciudades Gemelas de Minnesota y el agua fresca era una de sus bebidas favoritas en su infancia. Su madre es oriunda de México, y su padre proviene de Cuba. Los fines de semana, la familia de Linares viajaba hasta los centros de Minneapolis o St. Paul para comprar en los mercados latinos los ingredientes que no podían encontrar donde vivían.
"Siempre nos dábamos un gusto mientras estábamos ahí", dijo ella. "Por lo general, almorzábamos y bebíamos agua fresca". Ella prefería el agua de Jamaica por su sabor dulce y ácido.
El agua de Jamaica ha estado presente desde hace mucho tiempo en las mesas familiares, los mercados de barrio y los restaurantes latinos. Otros ingredientes populares para agua fresca son tamarindo, papaya, lima, limón, naranja, piña y sandía, pero se puede usar prácticamente cualquier fruta, y hasta algunas verduras.
Comer frutas y vegetales puede ayudar a disminuir la presión arterial y puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y derrame cerebral, muestra la investigación. También pueden contribuir a la prevención de otras enfermedades. La sandía, por ejemplo, está repleta de vitaminas A, C y B6. La investigación sugiere que sus antioxidantes pueden ayudar a reducir el riesgo de diabetes, obesidad y enfermedad cardiovascular. La papaya, con su alto contenido de vitamina C y antioxidantes, también puede ayudar a prevenir la enfermedad cardiovascular.
Linares dijo que el contenido nutritivo en el agua fresca puede depender del tipo de fruta usada y de cómo se prepare la bebida. Por ejemplo, dijo ella, la cantidad de fibra puede variar si la mayoría de la pulpa se cuela.
Un beneficio de preparar tu propia agua fresca es que puedes controlar el tipo y la cantidad de endulzante, dijo Linares. Es sensato tener en cuenta el contenido total de azúcar que se consume en la dieta en general, dijo ella. Los estudios muestran que una alta ingesta de comidas y bebidas con azúcar añadido puede contribuir a un mayor riesgo de presión arterial alta, diabetes tipo 2, enfermedad coronaria y obesidad. La ·¬ÇÑÊÓƵ limitar el azúcar añadido a 6 cucharaditas (25 gramos) al día para la mayoría de las mujeres y niños mayores de 2 años, y a 9 cucharaditas (36 gramos) al día para la mayoría de los hombres.
Linares advierte sobre el azúcar añadido y la pérdida de nutrientes saludables en las aguas frescas comerciales. "Cuando hablamos de las versiones embotelladas o en polvo, pensamos más en términos de una bebida gaseosa porque nos perdemos las vitaminas, los minerales y la fibra de la fruta".
Para aquellos que quieren añadir agua fresca a su dieta, ella recomienda la versión casera. Para ella, no solo es una bebida saludable y sabrosa. Es también una bebida que le trae gratos recuerdos de su infancia.