Hispanohablantes sobrevivientes de ataques cerebrales enfrentan más obstáculos
Por ·¬ÇÑÊÓƵ News
Las personas de habla hispana que sobreviven un ataque cerebral son más propensas a tener una alfabetización baja de este padecimiento y de tener una percepción negativa de su atención médica, según un estudio nuevo que pide que se eliminen las barreras del lenguaje.
, el cual será presentado el próximo viernes en Los Ángeles durante el Congreso Internacional sobre Ataques Cerebrales de la American Stroke Association, buscó arrojar una luz nueva sobre las experiencias de sobrevivientes de ataques cerebrales con competencia limitada en el idioma inglés, que se aplica a unos 25 millones de estadounidenses.
Los investigadores revisaron las respuestas de 487 sobrevivientes de ataque cerebral inscritos en un programa basada en el Condado de Los Ángeles. Quienes hablaban español indicaron una probabilidad menor de identificar tres factores de riesgo para ataque cerebral, comparados con los participantes angloparlantes (19% y 33%, respectivamente); asimismo, el primer grupo tuvo una mayor probabilidad de tener dificultades para entender lo que les decía (50% y 30%, respectivamente).
"Esencialmente, sentían temor de tener algo sobre lo cual ni siquiera conocían los síntomas", dijo la Dra. Pamela Cheng, investigadora principal del estudio. "El idioma no es algo que se menciona comúnmente como disparidad en la atención médica, pero nuestro entorno del cuidado de la salud se centra tanto en el inglés, que comenzamos a cuestionar lo mucho se quizás se esté perdiendo en la traducción".
Comparados con personas de habla inglesa, los hispanohablantes también indicaron haber quedado menos satisfechos con la forma en la que los trataron los profesionales médicos. Más de ellos contestaron en forma negativa acerca de si los proveedores pasaron tiempo suficiente con ellos (56% en lugar de 24%), o si les explicaron las cosas de manera fácil de entender (52% en lugar de 28%).
Los hispanohablantes sobrevivientes de ataque cerebral también tuvieron probabilidades mayores de sentir que los proveedores no escuchaban lo que decían, o no respetaban lo que tenían que decir. En comparación con los angloparlantes, también tuvieron una mayor probabilidad de preocuparse por tener otro ataque cerebral.
Cheng sugirió varias opciones para abordar las barreras del lenguaje, tales como contratar a un trabajador bilingüe de atención médica comunitaria, dinámica que funcionó bien en el programa de atención para ataques cerebrales del Condado de Los Ángeles. También recomendó dar a los pacientes acceso a videos educativos en su idioma natal.
"Asegurar que se ofrezcan servicios adecuados en cuanto al idioma, no solo mejorará la relación entre proveedores y pacientes, sino que también resultará eficiente en cuanto a costos", indicó.
Cheng incluso agregó que se deberían llevar a cabo estudios relativos a las barreras del lenguaje con personas de otros grupos étnicos, y que le gustaría ver más investigaciones acerca de la interacción entre la atención médica, la etnicidad y la psicología.
"Estudios que observen los aspectos psicológicos del lenguaje y la cultura podrían ayudarnos a entender el panorama más amplio de las razones por las cuales ciertos grupos minoritarios tienen percepciones tan negativas", dijo.
Conforme crece la diversidad racial y étnica de la población estadounidense, la diversidad entre los médicos no se mantenido a la par de las tendencias.
De acuerdo con un relativo a médicos de atención primaria, un 5.9% son hispanos, aunque este grupo representa un 18.3% de la población. La Oficina del Censo de EE. UU. espera que la población hispana sea el 25% de la misma hacia el año 2045.
"El estudio (nuevo) destaca cómo se puede ver afectada la adherencia con el tratamiento debido a las barreras del lenguaje, así como por la posible falta de conexión cultural entre pacientes y proveedores", dijo el Dr. Salvador Cruz-Flores, quien no participó en la investigación.
Cruz-Flores, director fundador y profesor de neurología en el Centro de Ciencias de la Salud de Texas Tech University en El Paso, señaló que el estudio hace que surjan preguntas importantes sobre lo que los pacientes con ataque cerebral entienden realmente de parte del personal médico.
"¿Podría ser que el personal que proporciona información en español lo esté haciendo con un nivel mayor que el que pueden entender los pacientes? ¿Son correctas las traducciones?", preguntó.
"A mi pensar, surgen inquietudes no solo de proporcionar intervenciones adecuadas, en cuanto a cultura y lenguaje, sino de la necesidad de contar con proveedores cuyo idioma original sea el español, que además entiendan las sutilezas lingüísticas y culturales de comunicarse en ese idioma".
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